Se refrigera una papa pequeña al menos dos horas, y se
corta en rebanadas. Se mantiene los ojos cerrados y se coloca una rebanada de
papa en cada ojo. Cuando la papa se caliente, se cambia por otra rebanada fría.
La operación debe repetirse 3 veces y retira los restos de papa con un algodón
empapado en agua helada.
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