Muchos de nosotros no lo sabemos, pero cerca de la mitad de los nutrientes del limón están concentrados en su cáscara. Por su sabor amargo y por tradición, la mayoría de nosotros desechamos la cáscara del limón y utilizamos simplemente su jugo cada vez que queremos aprovechar sus beneficios. Sin embargo, cuando eliminamos las cáscaras de limón estamos tirando a la basura una cantidad de nutrientes que pueden mejorar nuestra salud y que, incluso, pueden combatir esas dolencias en las articulaciones.
En la cáscara de limón se concentran nutrientes importantes como el aceite esencial de limón, la citronela y el felandreno, los cuales se suman a otras sustancias altamente beneficiosas como es el caso de la vitamina C, ácido cítrico, ácido málico, ácido fórmico, hesperidina o pectinas, entre otras.
La cáscara de limón tiene un alto poder antiséptico y una poderosa acción que puede combatir la fiebre. De hecho, los aceites esenciales volátiles fragantes de la cáscara de limón tienen una poderosa acción para reducir los dolores en las articulaciones, ya que ayudan a relajar los vasos sanguíneos y producen un efecto antiinflamatorio que disminuye significativamente la sensación de dolor.
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