Un artìculo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition (AJCN) informa que cuando se duerme poco se tiende a elegir porciones más grandes de alimentos muy calóricos como pasteles, galletas, chocolates y dulces. La falta de sueño también puede disminuir el gasto de energía; quien no duerme lo suficiente siente más cansancio durante el día y menos deseo de hacer actividad física.
Conviene crear una rutina para dormir como tomar un baño caliente, meditar o leer. También conviene fijar y respetar un horario determinado para acostarse y despertarse. Es aconsejable evitar cenas pesadas y alcohol cerca de la hora de acostarse, ya que pueden causar acidez estomacal y dificultad para conciliar el sueño. Los buenos hábitos de sueño tienen otros beneficios, como aumentar el estado de alerta en la escuela o el trabajo, mejorar el estado de ánimo, y la calidad de vida en general. Todas estas razones merecen que pongas en tu lista de objetivos tener noches de sueño reparador, que también te ayudarán a prevenir el sobrepeso y cuidar la salud.
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